1. Haz elecciones saludables: No siempre es fácil tomar buenas decisiones cuando estás pasando de un cometido a otro, pero eso no significa que no se pueda intentar hacer las mejores elecciones.

Empieza bebiendo mucha agua, durmiendo lo suficiente y haciendo ejercicio de manera regular. Los estudios muestran que todas estas actividades ayudan a prevenir que nuestros cuerpos se debiliten.

Las manos se muestran untadas con jabón debajo del agua corriente en el fregadero de la cocina.

2. Mantén tus manos limpias: Algo tan simple como lavarse las manos es una de las formas más efectivas de mantenerte saludable. Las manos, especialmente cuando se usan para amortiguar un estornudo o la tos, pueden esparcir gérmenes a las personas y cosas donde las manos de otras personas las recogerán.

Piensa en todas las cosas que tocas durante el día: tu teléfono, el teclado de la computadora, pomos de las puertas, pasamanos, botones de electrodomésticos, los brazos de la silla, etc. ¡Ahora piensa en cuántas personas también los tocarán!

Una buena lavada requiere de frotarse vigorosamente por lo menos 20 segundos, usando jabón y agua caliente. Si no tienes acceso a un lavabo, una alternativa es un desinfectante para manos con alcohol. También es bueno mantener tus manos alejadas de tus ojos, nariz y boca.

3. Come adecuadamente: ¿Sabías que el setenta por ciento de tu sistema inmunológico está alojado en tu intestino? Es por eso que es importante cuidar de tu salud intestinal, incluso en medio de tus horarios agitados.

No es una tarea fácil. Las personas que corren de una cita a otra o que constantemente van de avión en avión, a menudo comen sobre la marcha y sus elecciones no son ideales. Eso puede provocar molestias digestivas y ¡no es la mejor manera de apoyar tu sistema inmunológico!